Un sistema de colaboración productiva

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Para proyectar y lograr incrementar los niveles de productividad debemos empezar por preguntarnos esto: ¿en nuestra empresa existe trabajo en equipo o sólo hay equipos que trabajan?

Rubén Onorio

Hoy, como siempre, el empresario y/o propietario de una compañía está interesado en lograr un incremento constante en la productividad de sus colaboradores. Para esto, recurre a aumentar la motivación, establecer o mejorar canales de comunicación, definir prioridades, optimizar el aprovechamiento del tiempo, así como el nivel de toma de decisiones oportunas y objetivas. El propósito es enfocar los esfuerzos en dar una mejor atención al cliente final, misma que derivará en un mayor número de ventas.

Todos estos objetivos son posibles siempre y cuando los integrantes de cada área implicada en estos procesos productivos quieran abarcar y comprometerse en su entorno de responsabilidad. Sin embargo, antes de que suceda lo anterior, hay que identificar por qué la mayoría de las veces nuestros colaboradores, lamentablemente, deciden trabajar de manera individual, en lugar de integrarse y aliarse con las demás personas. Para comprenderlo es importante hacer una pausa y analizar datos como los siguientes:

  • ¿Cuántos integrantes hay en cada área?
  • ¿Cuáles son los procesos que tienen bajo su responsabilidad?
  • ¿Cuánto tiempo llevan juntos?
  • ¿Qué nivel de experiencia y aptitudes poseen?
  • ¿Cuáles son sus jerarquías y metas comunes?

Trabajo en equipo

Teniendo claros estos puntos será más sencillo definir el conjunto de estrategias a seguir para generar un sistema de trabajo en equipo.

Productividad en equipo
A continuación, se enlistan algunos de los principales replanteamientos mentales que debemos motivar y hacer ver a cada colaborador, de forma que reconsidere participar como parte de un equipo:

1 “Si todos progresan, yo también progreso”
Un mejor funcionamiento dentro del sistema orienta a cada integrante a funcionar con el ritmo necesario para que todos prosperen

2 “Ser parte del sistema me conviene porque yo no lo puedo hacer todo”
Si cada uno se encarga de realizar sus actividades de manera responsable, todos cumpliremos en tiempo y forma. Por ende, no habrá necesidad de recomponer o reparar errores por falta de supervisión

3 “No estoy solo”
Superación: el equipo me ayuda a aprender lo que no sé y me alienta a continuar cuando fallo, de tal forma que con cada aprendizaje me voy superando

4 “Yo sólo hago una parte, no tengo que hacer todo”
La integración facilita el trabajo grupal y optimiza los resultados

5 “Sé lo que tengo que hacer”
Ahorro de energía: no es necesario desgastarme haciendo cosas que desconozco, pero esto no significa que no pueda aprender de quien posee más conocimiento y experiencia

6 “Cumplo con lo que me corresponde”
Confiabilidad: el resto del sistema lo reconoce, está consciente de mi labor y no importa mi posición, porque lo relevante es el resultado conseguido entre todos

Cabe mencionar que mientras mejor le vaya a la empresa, mejor estarán las partes. Esto sólo se logra cuando se trabaja en equipo, pero no hay que olvidar que el esfuerzo individual enfocado ayuda a que cada miembro haga de la mejor manera lo que le corresponde. Por tanto, el trabajo bien concentrado y eficiente se traduce en mejores resultados.

Supongamos que a un reloj le falta el más mínimo tornillo, la consecuencia de esta situación será que el sistema falle. Lo mismo sucede en una empresa cuando se presentan errores en algún área, pues éstos afectan a toda la compañía.

Finalmente, hay que tener siempre presente que “no somos islas, todos formamos parte de un sistema”, el cual funcionará si cada uno de sus miembros trabaja en armonía y como le corresponde. La manera de conseguirlo es ser y hacer conscientes a los demás acerca de los múltiples beneficios que trae consigo el trabajar en equipo. Esto es lo más importante.

Rubén Onorio. Lic. en Ciencias Políticas y Director General de ONESSO Capacitación y Desarrollo Empresarial. Especialista en capacitación empresarial y desarrollo humano, inició en la Organización de Negocios Internacionales en 2006, en la que reafirmó la trascendencia que la capacitación tiene para las personas y empresas, tanto a nivel privado como masivo.