Destrucción del ozono

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¿Sabías que la capa de ozono se ha ido adelgazando poco a poco? Esto, en gran parte, a consecuencia del uso de algunos gases refrigerantes y a las malas prácticas de los técnicos HVACR. Tu ayuda podría contribuir a recuperarla

Sinaí Romo

La capa de ozono es fundamental para la vida. Ésta actúa como un filtro que impide que la radiación ultravioleta nociva (UV-B), procedente del Sol, llegue a la Tierra, la cual podría reducir la resistencia humana a una serie de enfermedades, como el cáncer, las alergias o las infecciones.

Por ello, la importancia de informar al sector HVACR respecto del importante papel que juega en este tema, pues las sustancias más nocivas para la capa son los clorofluorocarbonos (CFC) y los halones, utilizados en productos como refrigeradores, atomizadores, espumas de aislamiento y equipos de extinción de incendios. Afortunadamente, los CFC ya han desaparecido en México, sin embargo, el uso de ambas sustancias dejó graves secuelas.

Es sumamente importante que se controle el uso de concentraciones que cuenten con un potente efecto invernadero, como el metano y el óxido nitroso; dos gases de efecto invernadero de larga permanencia en la atmósfera.

Un informe respaldado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) asegura que la destrucción de la capa de ozono está disminuyendo y que los científicos consideran que la Tierra podría recuperarse a mediados de siglo si se continúan aplicando las restricciones a los productos que la destruyen, entre los que destacan algunos gases utilizados en el sector de la climatización.

Igualmente, afirma que gracias a las medidas adoptadas mediante el Protocolo de Montreal relativo a las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono ha sido posible recuperar los niveles registrados en 1980. Así, si los técnicos encargados de los sistemas de refrigeración y aire acondicionado siguen trabajando en la eliminación de los gases refrigerantes dañinos y toman conciencia de la importancia de usar productos autorizados por las autoridades adecuadas, la capa de ozono seguirá protegiendo al planeta.

En 1987, las sustancias que destruyen la capa de ozono produjeron unas diez gigatoneladas de emisiones de dióxido de carbono equivalente. En la actualidad, esas emisiones han disminuido más de un 90 por ciento. Según los cálculos del PNUMA, en 2030 la aplicación del Protocolo habrá evitado dos millones de casos anuales de cáncer de piel; además de impedir lesiones oculares, daños al sistema inmunológico humano y proteger la flora y fauna.

El daño a la capa de ozono ha sido tal que ya se han registrado enormes agujeros en ella. En 2011, por ejemplo, se registró un agujero equivalente a cinco veces la superficie de Alemania; esto en el Polo Norte. En ese mismo año, en el Polo Sur se registró otro inmenso agujero que midió 26 millones de kilómetros cuadrados.

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Debido a la importancia que tiene mantener a la capa de ozono en buen estado, el mercado de la climatización ya trabaja en la implementación de refrigerantes alternativos para sus equipos. Dentro de los productos actualmente disponibles la opción más adecuada está en los HFC, que ofrecen al mercado global una opción ambientalmente amigable, pues al no contener cloro han demostrado no dañar la capa de ozono como los CFC. Por su practicidad de uso, no exigen muchos cambios en el equipo y mantienen los mismos cuidados con relación a la seguridad al no ser inflamables.

Efectos negativos de los rayos UV

Uno de los efectos más evidentes de los rayos ultravioleta (UV) es la quemadura del sol, y son las personas de piel oscura quienes se encuentran protegidas de la mayoría de tales efectos gracias al pigmento de sus células cutáneas; pero en personas de piel clara, la exposición a elevados niveles aumenta el peligro de cáncer cutáneo. Los investigadores han sugerido que este tipo de cáncer podría aumentar en dos por ciento cada vez que disminuye en uno por ciento el ozono estratosférico.

Algunos estudios también señalan que una mayor exposición, especialmente durante la infancia, puede agravar el riesgo de desarrollar cáncer cutáneo con melanoma, que resulta más peligroso.

También puede suprimir las respuestas inmunitarias de los seres humanos y los animales, con lo cual se reduciría la resistencia humana a una serie de enfermedades, entre ellas el cáncer, alergias y algunas enfermedades infecciosas. En las zonas del mundo en que las enfermedades infecciosas constituyen un grave problema, el estrés adicional derivado de una mayor radiación UV-B podría tener repercusiones significativas. Esto se aplica especialmente a enfermedades como la leishmaniasis, la malaria y el herpes, contra las cuales la principal defensa del cuerpo se halla en la piel. La exposición prolongada también puede afectar la capacidad del cuerpo para responder favorablemente a los tratamientos contra ellas.